Fueron poemas

domingo, 29 de abril de 2012

Una piedra que no interrumpe el camino

Estoy escuchando truenos en una
hermosa tarde de primavera.
Delante tengo una piedra apoyada
en la tierra y en las yerbas.
Caen las primeras gotas gordas de lluvia
y parecen enfurecidas...
No lo están, no es más que una pasión desatada, como muchas otras.
El cielo también tiene sus cosas
y la naturaleza.
Creía que era solamente yo el que
acababa herido ó explotaba
después de ser quebrada mi alma si la
poseo.
No son las piedras seres inmóviles, a veces caen de lugares altísimos, haciéndose añicos.
Como nosotros.